¿Por qué no "ghostear" a los demás?
Algunas reflexiones sobre la importancia de ser responsable emocionalmente con las personas que nos relacionamos, especialmente en esta era de medios digitales
Crecimiento en breve:
Ghostear es una falta de madurez y responsabilidad emocional: evitar conversaciones difíciles genera daño psicológico y afecta la capacidad del afectado para construir relaciones sanas a futuro.
La ciencia demuestra que el ghosting tiene un impacto negativo en la salud mental y emocional del afectado, pues reduce su autoestima, aumenta su percepción de soledad y puede incluso llevar a la depresión.
En lugar de ghostear, elige la comunicación honesta y respetuosa: afrontar las conversaciones difíciles, aunque incómodo, es esencial para el crecimiento personal y la construcción de relaciones auténticas y duraderas.
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Esta entrada hace parte de nuestra serie sobre inteligencia emocional y está basada en diversos artículos académicos, así como en múltiples podcasts y artículos del experto en liderazgo Simon Sinek y el filósofo Alain de Botton.
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Dicho esto, ahora sí, a lo que vinimos.
Hace ya un par de años, escuchando una entrevista a Simon Sinek, un gran “amigo” de esta casa, me quedé reflexionando sobre una idea que, aunque cruda, cargaba mucho de razón: “ghostear” (el anglicismo para ignorar digitalmente) a alguien es una muestra de falta de madurez y responsabilidad emocional. Por evitar la incomodidad de una conversación difícil, estamos infligiendo un daño psicológico a otra persona, generándole inseguridades, ansiedades y problemas de autoestima que pueden afectar su capacidad para construir relaciones sanas en el futuro.
Y no me refiero a esa cita en Tinder que no funcionó o a esa interacción superficial que simplemente se diluyó. Mucho menos me refiero a esas relaciones de acoso, o incluso abuso, en donde el ghosteo es completamente justificado, e incluso necesario. Hablo de esas relaciones que en algún momento tuvieron un significado, donde hubo una conexión real, y que, por diversas razones, decidimos abandonar sin dar explicaciones. Es fácil desaparecer en la era digital: bloquear un número, ignorar un mensaje, hacer como si la otra persona no existiera. Pero esta facilidad no justifica este tipo de actos de cobardía emocional.
Escribo esta entrada desde la autocrítica, pues yo también he caído en la trampa del ghosting. He ghosteado a amigos a los que consideraba como hermanos, incapaz de afrontar mis propios sentimientos y de afrontar cualquier diferencia con ellos de forma honesta… y ni qué hablar de personas con las que he salido.
La responsabilidad emocional, sin duda, es un aspecto en el que nunca se podrá trabajar de más. Por ello, a continuación les quiero compartir una serie de argumentos, desde la filosofía y la ciencia, que a mí me han servido para trabajar en dejar a un lado esa práctica del ghosting. Espero les sean de utilidad.
El imperativo categórico de Kant: una guía ética para n relaciones
Para evaluar si el ghosting es ético o no, podemos recurrir al imperativo categórico del filósofo prusiano Immanuel Kant. Este principio filosófico nos invita a guiar nuestro actuar sólo según una máxima que podamos desear que se convierta en ley universal. En otras palabras, deberíamos preguntarnos:
¿Querríamos que todos actuaran de la misma manera en la que estamos actuando nosotros?
Si aplicamos este principio al ghosting, la respuesta es evidente. A nadie le gustaría ser ghosteado. Es una experiencia dolorosa y confusa que nos deja con una sensación de rechazo y falta de cierre. Si el ghosting se convirtiera en la norma, las relaciones interpersonales se volverían superficiales y frágiles, ya que la gente tendría miedo a invertir en relaciones que podrían desaparecer en cualquier momento sin explicación.
Además de ser éticamente cuestionable, el ghosting también tiene un impacto negativo en nuestro crecimiento personal. Al evitar las conversaciones difíciles, nos estamos privando a nosotros mismos y a la otra persona de la oportunidad de aprender y crecer. El ghosting es una forma de evitación que nos impide desarrollar nuestra inteligencia emocional y nuestra capacidad para construir relaciones sanas.
El costo psicológico del ghosting: evidencia científica
La ciencia ha demostrado que el ghosting no es sólo una cuestión de "mala educación" o "falta de consideración". Es un comportamiento que puede tener consecuencias psicológicas reales y duraderas para las personas que lo sufren. En efecto, son diversos los estudios que han documentado el impacto negativo del ghosting en la autoestima, el bienestar mental y la salud psicológica de quien lo sufre.
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