¿Por qué recomiendo ir a terapia?

La evidencia científica, la opinión de los expertos y mi experiencia personal con la terapia con psicólogo

Imagen elaborada con el modelo Dall-e de OpenAI

Crecimiento en breve:

1. Ir a terapia no es un signo de debilidad, sino un acto de autocuidado y amor propio que puede mejorar significativamente la salud mental y física.

2. La evidencia científica demuestra que la terapia es efectiva para tratar una amplia gama de problemas, desde la ansiedad y la depresión hasta el dolor crónico y las enfermedades cardíacas.

3. Encontrar un terapeuta adecuado con quien se establezca una buena conexión es crucial para que el proceso sea efectivo. No dudes en buscar un nuevo terapeuta si no te sientes cómodo con el actual. Como todo proceso de sanación requiere paciencia y dedicación.

Anuncios parroquiales:

• Esta entrada hace parte de nuestra serie sobre inteligencia emocional y está basada en diversos artículos académicos, así como en múltiples podcast, entradas y videos del doctor experto en longevidad Peter Attia, el PhD en neurociencias Andrew Huberman, y los pensadores Simon Sinek y Alain de Botton.

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Ahora sí, a lo que vinimos:

Hace tan solo unos años, la idea de ir a terapia era vista como un signo de debilidad o, peor aún, un indicativo de algún desorden psicológico severo; para la muestra podrían preguntarle a sus padres, o alguien de generaciones pasadas, qué opinan de la terapia. Por fortuna, esta percepción cultural ha cambiado radicalmente. Hoy en día, la terapia ya no es un tabú, sino una práctica profiláctica que muchos consideran no sólo saludable, sino también necesaria para mantener un equilibrio emocional en nuestras vidas.

En estos tiempos volubles, híperestimulantes y con una atención cada vez más fragmentada, donde la información abunda pero las conexiones humanas profundas escasean, tener un buen guía que nos ayude a navegar las turbulencias emocionales es, si me lo permiten, casi que indispensable.

Por eso, en esta entrada quiero contribuir a la normalización de esta práctica saludable, no sólo compartiendo la evidencia científica que la respalda y las opiniones de expertos en la materia, sino también ofreciéndoles una perspectiva personal sobre la importancia de ir a terapia, en mi caso con psicóloga. Y, por último, un par de consejos sobre cómo encontrar a un buen terapeuta.

Evidencia científica: el poder de la terapia

La ciencia ha documentado extensamente los beneficios de la terapia psicológica en diversas áreas de la salud mental y física. Veamos algunos ejemplos concretos que dan cuenta de la efectividad de esta práctica:

Terapia psicológica para pacientes hospitalizados en cuidados de salud mental agudos

Un meta-análisis publicado por Paterson y sus colegas en 2018 evaluó los efectos de la terapia psicológica en pacientes hospitalizados en unidades psiquiátricas agudas. Los resultados fueron claros: la terapia no sólo redujo los síntomas psicóticos, sino que también disminuyó las tasas de readmisión hospitalaria, al tiempo que mejoró los niveles de ansiedad y depresión. Si bien los efectos fueron moderados y más evidentes al final del tratamiento, es una prueba de que la intervención psicológica breve en situaciones críticas puede marcar una gran diferencia.

La eficacia comprobada de la psicoterapia

En 1980, un enorme estudio, que revisó más de 500 investigaciones sobre los efectos de la psicoterapia en una amplia gama de trastornos emocionales y psicológicos, encontró que la psicoterapia es 0.85 desviaciones estándar más efectiva que no recibir tratamiento. Lo que esto nos dice es que la terapia tiene un impacto significativo y medible en la mejora del bienestar mental, lo que la convierte en una herramienta esencial para tratar la ansiedad, la depresión y otros problemas psicológicos.

Terapias psicológicas y el manejo del dolor crónico

Más allá de la salud mental, la terapia también ha demostrado ser útil para el manejo del dolor crónico. Un meta-análisis realizado por Williams y compañía en 2012 mostró que la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés) no sólo reduce el dolor físico, sino que también mejora el estado de ánimo y disminuye la tendencia al catastrofismo. Los efectos de la CBT se mantuvieron hasta seis meses después del tratamiento, sugiriendo su eficacia a largo plazo en el manejo del dolor crónico. Inclusive existe una rama llamada CBT-I enfocada en ayudar a las personas con problema de insomnio.

Terapia psicológica y la salud cardíaca

Finalmente, quizás uno de los hallazgos más sorprendentes sobre la terapia psicológica proviene de estudios realizados en pacientes cardíacos. Según un meta-análisis de Linden y colegas, publicado en 2007, la terapia no sólo reduce la ansiedad y el estrés en estos pacientes, sino que también disminuye significativamente la mortalidad y la recurrencia de eventos cardíacos, especialmente cuando se inicia al menos dos meses después del evento inicial.

Este estudio resalta que los beneficios de la terapia van mucho más allá del bienestar emocional; también impactan nuestra salud física de manera positiva.

La opinión de los expertos

La importancia de la terapia psicológica no sólo está respaldada por la ciencia, sino también por la opinión de líderes internacionales en bienestar y desarrollo personal: Simon Sinek, Andrew Huberman, Peter Attia, Alain de Botton... prácticamente todos los guías que tenemos en esta comunidad coinciden en la importancia de ir a terapia psicológica para nuestra salud emocional... e incluso física, como ya lo vimos.

Simon Sinek, por ejemplo, ha enfatizado en numerosas ocasiones que ir a terapia es esencial para nuestro bienestar emocional, no sólo para resolver problemas, sino para desarrollar un mayor autoconocimiento y empatía. Alain de Botton, por su parte, ha hablado sobre cómo la terapia nos ayuda a entender mejor nuestras emociones y comportamientos, permitiéndonos navegar de manera más efectiva nuestras relaciones interpersonales y aumentando nuestro control sobre la forma en que reaccionamos.

Un aspecto particularmente interesante que mencionan Andrew Huberman y Peter Attia es el "elemento de pagar a alguien para escucharnos". Según ellos, esta transacción crea un entorno donde nos sentimos más libres para ser honestos, sabiendo que no hay juicio de por medio.

Este simple acto de desahogo, cuando es bien guiado, puede desencadenar profundas transformaciones emocionales.

Mi experiencia personal

A nivel personal, puedo decir que ir a terapia me ha ayudado a cambiar mi perspectiva como persona y como emprendedor.

Definitivamente dar el paso no fue sencillo. De hecho, todo comenzó en una cita de ortodoncia: un doctor muy querido me dijo, de la forma más desinteresada posible, que el problema de mis dientes y mordedura provenía de mi reflejo de comerme las uñas. Aún recuerdo sus palabras: "una persona tan joven como tú no debería dejarse llevar por el estrés y la ansiedad, eso es para los viejos como yo”.

Seguramente habrá mejores formas de decirlo, pero debo admitir que esta caló en mí. Duré más de 20 años, que recuerde, comiéndome las uñas y haciendome daño. Y fue gracias a un acto desinteresado de generosidad que decidí que era momento del cambio. Así que, luego de muchas averiguaciones con amigos y familiares, llegué a mi terapeuta, Nayibe.

No puedo negar que ha sido un proceso largo y, como todos los procesos de sanación, requiere de paciencia y dedicación. No es ninguna fórmula mágica. No vas a charlar con alguien una hora cada quince días o un mes y, de repente, tener todos tus problemas resueltos. Es más como seguir un camino de descubrimiento y entendimiento, pero guiado por alguien que lo ha recorrido.

Al comienzo todo era buscar culpables y excusas: “fue culpa de X”, “es que nunca he podido Y”. Pero al final te das cuenta que no se trata de encontrar al culpable, sino de interiorizar que tú eres el conductor de tu vida y tienes el control sobre ella. Y que no depende de nadie más que de ti mismo cambiar tus pensamientos y tu forma de vivir.