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Esta entrada hace parte de nuestra serie exclusiva para miembros pagos. Cada quince días les compartimos temáticas que son de nuestro interés, pero que están por fuera de los cuatro pilares de Crecimiento Consciente; historia, física, música, tecnología, biología, entre muchos otros.
Esta entrada está basada en mi experiencia como ingeniero de sistemas y líder de equipos técnicos, algunos artículos sobre los avances de la inteligencia artificial en los últimos meses y, en general, en lo que ha sucedido en los últimos años en la industria de la tecnología.
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Ahora sí, a lo que vinimos:
¿Te has fijado en cómo la inteligencia artificial (IA) está cambiando nuestras vidas? Y aunque hablé de esto en nuestro bonus de IA, en esta ocasión quiero profundizar un poco más en cómo esto puede afectar el mercado laboral de la industria de la tecnología y de la economía en general.
Desde el chat de soporte de tu banco o tus aplicaciones favoritas hasta la música que escuchas, la IA está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida. Y sí, es cierto que herramientas como ChatGPT, Devin o Github Copilot parecieran quitarnos el trabajo de las manos, quizás empezando por los programadores o trabajos relacionados a procesar y presentar información.
Y al respecto, la pregunta que me motivó a escribir esta entrada fue: ¿valdrá la pena aprender a programar si la IA en un futuro no muy lejano podría llegar a hacerlo todo?
Pero, ¿realmente estamos ante el fin de la programación? ¿Se acabaron los días de escribir código hasta altas horas de la noche (o, como decía en la universidad, “trasnochar echando código”)?
Cuando pensé en escribir este bonus, tuve varios debates con Carlos. El primero es sobre si esta entrada debía hacer parte de nuestro pilar de emprendimiento y liderazgo. La realidad es que programar es una de mis pasiones y, aunque siento que puede llegar a ser un “superpoder”, no me parece una base para emprender o liderar de manera efectiva. Eso sí, creo que puede ser una herramienta increíble en muchos aspectos de nuestra vida, pero no es un requisito. Es por esto que decidí ponerlo en un bonus, buscando darles mi perspectiva completa sobre la programación y cómo veo su futuro a la luz del advenimiento y progreso de la IA.
De hecho, uno de mis objetivos en mi trabajo actual es lograr que las personas puedan crear conexiones y automatizaciones de procesos de negocio a partir del lenguaje natural (tal como nosotros nos comunicamos).
La burbuja de tecnología: ¿Un espejismo o una oportunidad?
Recuerdo cuando empecé en el mundo de la tecnología apenas me gradué. Era un boom, todo el mundo hablaba de startups, de unicornios y de sueldos increíbles. Y sí, la verdad es que la industria tecnológica ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas décadas.
Pero, ¿es sostenible? ¿Es real esa burbuja de oportunidades?
Para quienes hemos trabajado con inteligencia artifical es claro el valor que esta trae a la mesa usandola de manera óptima. Para dejar claro este valor haré un breve resumen de qué trae la inteligencia artificial generativa (ChatGPT) a la mesa.
Para ello, me gusta mucho apelar a un ejemplo que leí hace poco en X (twitter): el invento de la nevera cambió la forma en que manejamos los alimentos, pero fueron en realidad empresas como Coca-Cola las que sacaron el máximo provecho de esta innovación. Dicen que la inteligencia artificial, como ChatGPT, es como la nevera: ¿cuál será esa empresa que realmente saque provecho de esta tecnología? Sin ir muy lejos, esta semana Nvidia superó a Microsoft (aunque por un par de días) como la empresa de mayor valor del mundo, precisamente por su enfoque en capacidad computacional para la inteligencia artificial.
ChatGPT y la democratización del conocimiento
ChatGPT, desarrollado por OpenAI, ha sido un punto de inflexión en la forma en que vemos la IA. Lo que antes parecía confinado a la ciencia ficción y visiones distópicas, se ha transformado en una realidad accesible. Con su interfaz de chat intuitiva, ChatGPT nos ha demostrado que el conocimiento puede estar al alcance de la mano.
Pero, ¿cómo funciona ChatGPT?
ChatGPT es un modelo de lenguaje de gran tamaño (LLM) que ha sido entrenado con una cantidad enorme de datos textuales. Esto le permite entender y generar lenguaje humano con una precisión sorprendente.
Es como si ChatGPT hubiera leído todos los libros, artículos y conversaciones del mundo y ahora fuera capaz de responder a cualquier pregunta o generar cualquier tipo de texto o código. Pero, ¿es realmente inteligente? ChatGPT no tiene conciencia ni capacidad de razonamiento (aunque el debate está abierto); sólo puede procesar información y generar respuestas basadas en los datos con los que ha sido entrenado. Si quieren ir más al detalle, pueden leer mi anterior entrada de bonus sobre inteligencia artificial. Y si no lo han probado, los invito ir a ChatGPT de OpenAI o a Gemini de Google, ambos gratuitos, y “jugar” con ellos para ver ustedes mismos la capacidad y estado actual de esta vertiente de la inteligencia artificial.
El impacto de la IA en el mercado laboral
La realidad es que la tecnología avanza a pasos agigantados, y con ella, la demanda de lo que los economistas llaman mano de obra calificada.
En mi opinión, al menos en el futuro cercano, la IA no ha llegado para reemplazar por completo a los programadores, sino para aumentar su productividad, como ha solido ser la historia de las grandes disrupciones tecnológicas.
Este aumento en la productividad definitivamente elimina trabajos, especialmente de personas más “junior”, o con poca experiencia, que se encargaban de tareas más básicas. En efecto, ya es un hecho que con herramientas como Copilot workspace de Github, un desarrollador senior va a poder delegar tareas básicas a la inteligencia artificial y enfocarse en tareas más complejas o que requieran de mejor definición.
Y, por no quedarnos sólo en el campo de la tecnología, pensemos también en un chef que utiliza a flippy el robot de cocina. El robot puede hacer la mayor parte del trabajo, como picar verduras o batir huevos, pero el chef sigue siendo el que decide qué ingredientes usar, cómo combinarlos y qué sabor final quiere conseguir. El robot no puede crear una receta nueva, ni puede decidir si la salsa necesita más sal o menos pimienta. Pero definitivamente este robot está eliminando la necesidad de 2 o 3 auxiliares de cocina que antes eran clave para la operación y que, eventualmente, estaban llamados a convertirse en chefs.
Y aquí entra otro de los grandes debates que tuvimos con Carlos: ¿qué tan lejos estamos de un punto de inflexión en donde la IA elimine la mayoría de trabajos de programadores y mano de obra no calificada o sin suficiente experiencia en general?
Si bien ambos concordamos en que primero debemos llegar a la inteligencia artificial generalizada (IAG), para Carlos estamos a unos 5 años de lograrlo, mientras que para mí son más unos 10. En general, creo que sí vamos a llegar pronto a la IAG, pero restricciones de entrenamiento, capacidad computacional y costos energéticos van a disminuir el ritmo al que venimos avanzando.
Eso sí, con esta visión a corto plazo de Carlos, seguro que pronto hablaremos de un nuevo paradigma de economía más basada en el significado y el impacto que generamos como humanos, una vez logramos cubrir las necesidades básicas de bienes materiales para todos (esperen el bonus de Carlos desarrollando sobre lo que se conoce como la economía del significado). De hecho, algunas veces, en nuestros encuentros presenciales de Crecimiento Consciente, nos gusta debatir sobre estos posibles, ya no tan, “utópicos” futuros.
Por lo pronto, volviendo a nuestra actualidad, es un hecho que las herramientas de IA de las que disponemos ya pueden generar código (y muy bueno), pero la calidad del resultado depende de cómo lo utilizan. Un programador con experiencia puede usar estas herramientas para optimizar su trabajo, pero aún no puede simplemente delegar todo el proceso a la IA. La IA no es capaz de entender las necesidades específicas de un proyecto, ni puede tomar decisiones estratégicas sobre el diseño o la arquitectura del software.
Por esto mi recomendación sigue siendo enfocarse en las denominadas herramientas no-code low-code, que simplifican el proceso de construcción de soluciones para no desarrolladores/programadores y que, además, con la ayuda de la inteligencia artificial, cada vez son más eficientes, comprehensivas y fáciles de manejar.
Veamos.