Cómo tener conversaciones difíciles
Un compendio de recomendaciones para dominar el arte de la comunicación y transformar los conflictos en aprendizaje y conexión
Crecimiento en breve:
Las conversaciones difíciles, aunque incómodas, son oportunidades maravillosas para fortalecer las relaciones y promover el crecimiento personal y colectivo.
La empatía, la confianza y la búsqueda del bien común son claves para transformar el conflicto en una oportunidad de conexión y aprendizaje.
Comunicar la verdad con honestidad y compasión, centrándonos en el comportamiento y no en la persona, permite abordar temas sensibles de forma constructiva.
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Esta entrada hace parte de nuestras series sobre inteligencia emocional y emprendimiento y liderazgo y está basada en diversos artículos, videos, podcasts y charlas de los pensadores y profesores Simon Sinek, Arthur Brooks y Alain de Botton.
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Ahora sí, a lo que vinimos:
En Crecimiento Consciente, a menudo hablamos de la importancia de desafiar la comodidad, de salir de nuestra zona de confort para alcanzar nuestro máximo potencial. Este principio aplica a muchas áreas de nuestra vida y, en especial, a nuestras relaciones interpersonales. Las conversaciones difíciles, esas que nos generan ansiedad y que preferimos evitar, suelen ser las más importantes.
Si bien la idea de enfrentar un conflicto puede resultarnos intimidante, las conversaciones difíciles bien manejadas pueden ser oportunidades no sólo para resolver malentendidos, sino para fortalecer nuestros vínculos y promover el crecimiento personal. No se trata de evitar la incomodidad, sino de aprender a navegarla con inteligencia emocional y compasión.
Para abordar este tema, nos inspiraremos en las ideas de tres autores que admiramos profundamente: Simon Sinek, Arthur Brooks y Alain de Botton. Sus perspectivas, aunque diferentes en algunos aspectos, convergen en la importancia de la honestidad, la empatía y la búsqueda del bien común para transformar el conflicto en una oportunidad para el desarrollo de una relación, ya sea personal o profesional.
1. El poder del "por qué": estableciendo el contexto y la intención
Antes de iniciar una conversación difícil, es fundamental tener claro nuestro "por qué", como nos sugeriría Simon Sinek ¿Cuál es la razón fundamental que nos lleva a tener esta conversación? ¿Qué queremos lograr? ¿Cuál es nuestra intención?
Al explicarle a la otra persona las razones detrás de la conversación, le estamos mostrando que nuestra intención no es atacarla o juzgarla, sino abordar un problema o una situación específica de forma constructiva.
Ser honestos sobre nuestras motivaciones también es esencial. No se trata de manipular o engañar a la otra persona, sino de ser transparentes sobre lo que esperamos lograr con la conversación.
De hecho, una de las prácticas que más motivo en mis equipos es: incluir la intención de una reunión al enviar una invitación. Tener claro el objetivo no sólo mejora la comunicación sino que evita malentendidos e inclusive perder el tiempo. Más de una vez, al ver la intención, decido cambiar la reunión por un par de correos o por un hilo en nuestra plataforma de comunicación: Slack.
2. Construyendo sobre cimientos sólidos: confianza y respeto
Las conversaciones difíciles deben tener lugar en un contexto de confianza. Si existe una relación de confianza previa, es más probable que la otra persona esté abierta a escuchar y aceptar lo que tenemos que decir, incluso si es difícil.
La confianza se construye a través de la coherencia en nuestras acciones, la empatía en nuestras interacciones y el respeto mutuo. Si hemos sido consistentemente honestos y respetuosos con la otra persona, es más probable que confíe en nosotros y que esté dispuesta a escucharnos, incluso cuando tenemos que decirle algo que no le gustará.
Durante la conversación, es fundamental mantener un tono respetuoso y humano, incluso al abordar temas sensibles. Esto ayuda a preservar la relación y a evitar que la conversación se convierta en una disputa destructiva.
En conversaciones donde hay cierto nivel de autoridad, como en el trabajo, esta confianza evita esas predisposiciones como: “Me van a regañar”, “¿Quién sabe que me van a decir?”, etc. Como líder es clave mantener una comunicación transparente sin caer en la tentación de que nuestros puntos suenen sólo como un reclamo.
3. La empatía como brújula
La empatía es la capacidad de comprender y compartir los sentimientos de la otra persona. Es una herramienta indispensable para cualquier conversación difícil, ya que nos permite ponernos en el lugar del otro y entender su perspectiva. En nuestra entrada sobre ¿Cómo conectar con las personas? profundizamos sobre por qué la empatía nos hace más humanos y nos vuelve más “aproximables”.
Para practicar la empatía, es necesario escuchar activamente, prestando atención no sólo a las palabras sino también al lenguaje corporal y al tono de voz. Debemos esforzarnos por comprender las emociones de la otra persona, reconocer y validar sus sentimientos, incluso si no estamos de acuerdo con ellos.
Especialmente en casos de retroalimentación es muy importante pensar en: ¿Por qué la otra persona hizo esto? Quizás un mal día, quizás una enfermedad de un familiar, en fin, es importante desarrollar nuestro pensamiento de segundo orden para ir más allá de la situación específica; evitar la generalización a toda costa. Procura no usar los clásicos “siempre” y “nunca”.
4. Colaboración en lugar de confrontación
Las conversaciones difíciles no deben verse como batallas que hay que ganar, sino como oportunidades para encontrar soluciones que beneficien a ambas partes. El objetivo no es imponer nuestra voluntad, sino encontrar un punto medio que satisfaga las necesidades de todos los involucrados.
Para lograr esto, es necesario estar dispuestos a ceder y a buscar soluciones creativas que tengan en cuenta las perspectivas de ambas partes. Es un proceso de colaboración, no de confrontación.
Nuestra recomendación en este frente es, primero, escuchar lo que la otra persona tiene por decir ¿cuál es su punto de vista? ¿Qué motivó la discusión o malentendido de su lado? Al tener ambas perspectivas puedes utilizar herramientas que permitan, a través de la empatía, encontrar un punto medio.
5. Honestidad valiente: comunicando la verdad con compasión
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