Reflexiones para cerrar 2025

Y las cinco mejores entradas del año en Crecimiento Consciente

Imagen elaborada con el modelo de imágenes de ChatGPT.

Antes de empezar:

• Todo nuestro contenido es de libre acceso al público. La mejor forma de reconocer nuestro trabajo es ayudándonos a crecer esta comunidad, así como dándoles un “me gusta” y compartiendo nuestras publicaciones.

• Si crees que el contenido y el esfuerzo lo valen, puedes invitarnos a un café semanal mediante una suscripción paga (que puedes cancelar en cualquier momento). ¡Mil gracias por tu apoyo!

La entrada:

Siendo el último día del calendario, resulta casi surreal que este año haya terminado. Creo que desde mayo o junio le vengo diciendo a Daniel que 2025 se ha sentido interminable. Cada día, cada semana estuvo colmada de retos, tanto en lo personal como en lo profesional.

Para ambos, fue un año de grandes cambios, en el que lo laboral marcó el derrotero. En mi caso, sin entrar en demasiado detalle, puedo decir que muchas de las lecciones que derivé en este frente tuvieron un costo elevado en otros ámbitos de mi vida. La menor frecuencia de publicaciones en este espacio no fue casualidad, sino reflejo de una compresión sustancial del tiempo y del ancho de banda mental y emocional disponible después de cada jornada de trabajo.

También se resintieron el deporte, la alimentación, el sueño, el canto y los encuentros con familia y amigos. Fue un año especialmente oportuno para trabajar una habilidad tan esquiva como necesaria: aprender a decir que no, a los demás y, quizás más importante, a uno mismo. Desde comienzos de año, cuando acepté este nuevo reto, me propuse (no sé si acertadamente) enfocar la mayor parte de mis esfuerzos en sacarlo adelante. Sabía que el costo sería alto, y decidí darme la oportunidad de asumirlo.

No me arrepiento. La experiencia fue profundamente aleccionadora. No sólo por las herramientas que adquirí o pude pulir en el proceso, sino porque me permitió tomar perspectiva sobre el verdadero costo que estaba asumiendo y sobre la importancia de todos aquellos aspectos de mi vida que habían pasado a un segundo plano. Para decirlo en términos económicos, esos que a veces filtró en nuestras entradas, pude recalibrar mi función de utilidad. O, quizás, simplemente entenderla mejor. Porque aunque suene trillado, no por nada el viejo adagio de que “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” ha calado tanto.

Lo sé. Hay algo paradójico, por no decir incoherente, en que alguien que desde este espacio aboga por un estilo de vida saludable y balanceado, al menos por un tiempo, no aplique aquello que predica. Pero también creo que ahí reside una lección poderosa sobre nuestra condición humana. Bien lo decía Albert Einstein:

“El ser humano ordinario no vive lo suficiente para derivar un beneficio sustancial de su propia experiencia. Y nadie, pareciera, puede beneficiarse de la experiencia de otros. Siendo tanto padre como maestro, sé que no podemos enseñarles demasiado a nuestros niños… cada quien debe aprender su lección por su propia cuenta.”

No me tomo la frase a rajatabla. De hacerlo, poco sentido tendría estar embarcado en este proyecto de Crecimiento Consciente con Daniel. La sabiduría de esa reflexión reside, más bien, en su invitación a respetar el proceso de aprendizaje de cada quien. A entender que equivocarse, experimentar y ajustar es parte inevitable del camino. Y, sobre todo, a ser empáticos, compasivos y comprensivos con los procesos ajenos. No a todos nos basta leer, observar o incluso escribir sobre las vivencias de otros para interiorizarlas, especialmente cuando tenemos temperamentos obstinados.

Así que no me queda sino agradecer por todas las enseñanzas que me dejó este año. Agradecer también por su lealtad y su confianza: por estar ahí para leernos, comentarnos y ayudarnos a que, incluso en un año irregular, esta comunidad siguiera creciendo.

En 2026, ya con una función de utilidad recalibrada (o redescubierta), espero poder retribuir esa confianza con entradas de alta calidad, que los inviten a reflexionar, a explorar, a probar, a equivocarse o acertar por ustedes mismos y, ojalá, a seguir construyendo ese sinuoso camino del Crecimiento Consciente.

Para cerrar, más abajo les dejo lo que, a mi juicio, fueron las cinco mejores entradas del año, una por cada uno de nuestros pilares (incluida la sección de bonos), por si están ávidos de una buena lectura durante las vacaciones.

¡Que tengan un feliz cierre de año y nos vemos en 2026!

Carlos

PD: Daniel les compartirá sus reflexiones en la primera entrada de 2026

---

Las mejores entradas de 2025