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Inteligencia positiva: PQ vs IQ

El no tan sutil efecto de los pensamientos negativos en nuestra vida y cómo desbloquear todo nuestro potencial
Imagen elaborada con el modelo Dall-E de OpenAI.

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Crecimiento en breve:

  1. Los pensamientos negativos y las creencias limitantes son un obstáculo importante para el éxito personal y profesional.

  2. El Cociente Positivo (PQ) mide cuánto nuestra mente actúa como aliada en lugar de como enemiga.

  3. Aumentar nuestro PQ implica identificar y debilitar nuestros saboteadores internos, fortalecer nuestra mente sabia y entrenar nuestros “músculos” de positividad.

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Notas al margen:

  • Esta entrada hace parte de nuestras series sobre emprendimiento y liderazgo e inteligencia emocional y está basada en el libro Inteligencia Positiva de Shirzad Chamine.

  • Todo nuestro contenido es de libre acceso al público. La mejor forma de reconocer nuestro trabajo es ayudándonos a crecer esta comunidad, invitando a amigos, familiares y colegas a unirse, así como dándole un “me gusta” y compartiendo nuestras publicaciones.

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Versiones en audio y video de la entrada:

  • Si no tienes tiempo para leer o simplemente prefieres escuchar la entrada, puedes encontrar su versión en podcast en Spotify

  • Nuestros comentarios en video a esta entrada los puedes ver en YouTube o en Substack, dando click al botón “Mira ahora” ubicado arriba del título de la entrada.

La entrada:

La primera vez que leí Positive Intelligence fue hace dos años. Sebastián Arias, amigo de esta casa y uno de los primeros miembros de Crecimiento Consciente, me lo recomendó en el momento en que más lo necesitaba.

Llevaba años corriendo una carrera sin fin. Desde el colegio, todo había sido una maratón de logros: olimpiadas de matemáticas, top 3 en mi promoción, mejor puntaje en matemáticas del país. Cuando llegué a la universidad, aunque bajé un poco el ritmo, seguía cargando 24 créditos por semestre (algo así como 7-8 cursos) y trabajando en simultáneo. Después de cinco años en mi primer empleo, con apenas 24 años, llegué al cargo de gerente de producto.

Y entonces llegó la pregunta que me derrumbó: ¿Valió la pena correr tanto?

La pandemia del COVID-19 no ayudó. Mi vida parecía estar llena de logros, pero por dentro sentía un vacío enorme. Estaba en una crisis emocional: juzgándome constantemente, sintiéndome insuficiente, incapaz de disfrutar lo que había conseguido; preso por completo del denominado síndrome del impostor. Intenté emprender, pensando que eso llenaría el vacío, pero tampoco funcionó. Fue en ese contexto que Sebastián me habló de este libro. Y debo admitirlo: llegó como anillo al dedo.

Y si bien ya lo habíamos tocado someramente en nuestra entrada sobre cómo ser resiliente, en la entrada de hoy quiero profundizar sobre los poderosos conceptos y herramientas que el libro de Chamine me ha aportado.

Un nuevo enfoque para entender el éxito

Lo que más me atrapó de este libro fue cómo explica algo que ya intuía, pero no podía articular en palabras: nuestro mayor enemigo no está afuera, sino dentro de nuestra mente.

Podía verme reflejado en la descripción de Shirzad Chamine sobre las personas que viven dominadas por pensamientos negativos y patrones de autosabotaje. Esas mismas voces que me llevaron a cuestionar si todo mi esfuerzo valía la pena.

Fue ahí cuando descubrí el concepto del Cociente Positivo (PQ). Más allá de medir inteligencia (IQ) o habilidades emocionales (EQ), el PQ mide cuánto tiempo nuestra mente actúa como aliada en lugar de enemiga. Me di cuenta de que muchas de mis crisis no venían de factores externos, sino de cómo mi mente las interpretaba de una manera negativa, jugando en mi contra.

¿Qué es el Cociente Positivo (PQ)?

Shirzad Chamine describe el PQ como el porcentaje de tiempo en que nuestra mente actúa como nuestra aliada en lugar de nuestra enemiga. Lo que más me llamó la atención fue esta idea: sólo el 20% de las personas y equipos alcanzan su verdadero potencial porque el resto se sabotea a sí mismo.

Ese sabotaje proviene de lo que Chamine llama "saboteadores": patrones mentales automáticos que desarrollamos para protegernos, pero que, con el tiempo, terminan limitándonos. El principal saboteador es el "juez", ese crítico interno que encuentra fallos en todo: en ti mismo, en los demás y en las circunstancias.

El stickler, o perfeccionista, nos hace obsesionarnos con el orden y los detalles, generando frustración y agotamiento. El pleaser busca agradar a los demás constantemente, descuidando nuestras propias necesidades y creando resentimiento. El hyper-achiever basa todo su valor en los logros externos, desconectándonos de nuestras emociones y relaciones.

La víctima utiliza el sufrimiento emocional para atraer atención y generar compasión, perpetuando un ciclo de negatividad. El híperracional prioriza la lógica sobre las emociones, dificultando las relaciones personales. Por su parte, el hípervigilante vive en un estado constante de ansiedad, drenando nuestra energía.

El incansable siempre busca nuevas actividades y estímulos, lo que nos impide disfrutar del momento presente. El controlador siente la necesidad de dominar todas las situaciones, generando tensión con los demás. Por último, el evasivo, valga la redundancia, evade conflictos y tareas difíciles, lo que a largo plazo genera problemas mayores.

Un PQ bajo significa que pasamos más tiempo bajo el dominio de estos saboteadores que operando desde nuestro "sabio", esa parte de nuestra mente que ve los desafíos como oportunidades y que se enfoca en el crecimiento.

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Las tres estrategias para elevar tu PQ

El libro propone tres estrategias fundamentales para aumentar el Cociente Positivo.

La primera y más importante es debilitar a los saboteadores. Como ya comentábamos, estos son patrones mentales automáticos que desarrollamos para protegernos, pero que, en realidad, limitan nuestro crecimiento.

Reconocer la influencia de estos saboteadores es el primer paso para debilitarlos. Cada vez que identifiques un pensamiento autocrítico o una reacción automática, detente y etiquétalo. Por ejemplo, cuando el Juez te diga que no eres suficiente, simplemente nómbralo: "Ahí está el Juez otra vez". Este acto de conciencia reduce su poder sobre ti.

La segunda estrategia es fortalecer tu sabio interior. Esta es la parte de tu mente que opera desde la empatía, la creatividad y la curiosidad. Según Chamine, el sabio tiene cinco poderes clave: explorar, empatizar, innovar, navegar y activar. Practicar estas habilidades transforma la forma en que enfrentamos los retos. Por ejemplo, cuando te enfrentes a una situación difícil, pregúntate: ¿qué oportunidad hay aquí para aprender o crecer?

La tercer estrategia es entrenar tus “músculos” de positividad. El libro explica que, al igual que cualquier músculo, nuestra capacidad de mantener la mente enfocada en el crecimiento y en la positividad requiere de práctica y constancia. En este contexto, los "músculos de positividad" se refieren a las áreas del cerebro asociadas con la calma, la creatividad y la resolución efectiva de problemas. Estos músculos, según Chamine, suelen estar débiles debido a años de dominación por los saboteadores y a falta de entrenamiento consciente​.

¿Qué se debe ejercitar?

Para fortalecer estos músculos, el autor recomienda ejercicios que estimulan el cerebro "PQ", también conocido como la parte del cerebro que impulsa nuestro “sabio”. Este entrenamiento incluye prácticas de atención plena (mindfulness) que activan áreas del cerebro relacionadas con la introspección, la empatía y la resolución de conflictos. Un aspecto clave es llevar nuestra atención al presente mediante actividades que involucren nuestros sentidos: la respiración consciente, observar texturas o sonidos, o incluso enfocar nuestra mente en un solo pensamiento positivo por varios segundos​.

Chamine resalta que realizar 100 "repeticiones de PQ" al día, pequeñas cápsulas de atención plena, tiene efectos profundos sobre esta “musculatura”.

Estas repeticiones pueden durar tan poco como 10 segundos y se integran fácilmente en la rutina diaria, ya sea mientras esperamos en el tráfico o durante una pausa en el trabajo​.

¿Cómo lo aplico a mi vida?

Desde que encontré estas prácticas, he encontrado formas sencillas, pero efectivas, de integrarlas a mi rutina diaria. Por ejemplo, cada vez que siento que mis saboteadores comienzan a dominar, como cuando mi juez interno critica algo que hice, me detengo. Tomo tres respiraciones profundas, cerrando los ojos y enfocándome en cómo se siente el aire al entrar y salir por mi nariz. Esto me permite recobrar la calma y la perspectiva.

Un ejercicio que particularmente me ha funcionado es practicar gratitud al final del día.

En lugar de irme a dormir repasando problemas o tareas pendientes, dedico un par de minutos a pensar en tres cosas buenas que sucedieron durante el día. Esto no sólo mejora mi calidad del sueño, sino que me ayuda a despertar con una mentalidad más positiva.

Otra práctica que aplico durante reuniones desafiantes es enfocar mi atención en las palabras de la otra persona, dejando de lado mi propio diálogo interno. En una ocasión reciente, esto me ayudó a manejar un conflicto en el trabajo sin caer en tensiones innecesarias, enfocándome en encontrar soluciones en lugar de alimentar emociones negativas.

Estos pequeños ejercicios, aunque simples, han transformado la manera en que enfrento los desafíos cotidianos. Han fortalecido mi capacidad para permanecer presente y para tomar decisiones más claras, ecuánimes, eficientes y efectivas, especialmente en momentos de estrés.

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Epílogo: El camino a una vida más feliz y consciente

Uno de los mayores regalos de trabajar en mi PQ ha sido aprender a navegar los desafíos desde un lugar de paz y claridad. Entender que el éxito no está en llegar más rápido, sino en disfrutar del recorrido, ha transformado por completo mi perspectiva.

Al identificar y debilitar a mis saboteadores, me he liberado de esa constante autocrítica que me mantenía atrapado. Fortalecer mi sabio me ha permitido enfrentar las dificultades con curiosidad y empatía, y entrenar mis músculos de positividad me ayuda a mantenerme presente en el aquí y ahora.

El camino hacia una vida más feliz y consciente no se trata de alcanzar una meta específica, sino de trabajar en el equilibrio interno que nos permite disfrutar el proceso. Cada pequeño paso que damos para mejorar nuestro PQ es una inversión en nuestra paz mental, en nuestras relaciones y en nuestra capacidad de transformar retos en oportunidades.

Te invito a dar hoy mismo el primer paso en este camino. Pregúntate: ¿qué puedo hacer hoy para vivir más conectado con mi sabio y menos bajo el dominio de mis saboteadores?

Un abrazo,

Daniel


Por si te los perdiste… o quieres refrescar la memoria

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